Godzilla es ella. La ella más importante de mi vida entera. Godzilla es la princesita de la casa, la más guapa, la mas linda y la más bestia.
La que come a puñados y no deja de meterse más comida en la boca hasta que ve que ya no cabe ni un mendrugo. La que te arrea dos manotazos mientras intentas hacer cualquier cosa que no sea hacerle caso a ella. Te arrea sus buenos mamporros y luego te sonríe.
Godzilla es la que le da un cachetón a su hermano, luego a ti pellizca, seguidamente te da dos besos llenos de babas y te dice mamá con su sonrisa más bonita.
Porque ella es la más guapa pero no es la más fina. Por eso La Pequebella se ha convertido en un monstruito . En nuestra intimidad cuidamos a una extraña criatura de cuidado. Una criatura que quiere ponerse mil y un zapatos y muchas cositas en el pelo y sombreros a destiempo y quiere ser un arbolito de navidad lleno de pulseras, tacones y gafas de sol…y aún siendo un catálogo de cómo ser una niña femenina de libro, de esas que ponen en los anuncios de los catálogos de juguetes, así, con su muñequita bajo el brazo que nunca suelta, con toda su finura acuestas, ella es Godzila.
Godzilla
Godzilla
Tanta cosas a la vez en un cuerpo tan chico.
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