Anoche tuve una de esas noches en las que la mano de mi hijo y mi pezón parece que están unidos por imanes. Una de esas noches terribles.
a) Que yo pierda la paciencia
b) eÉl se aburra de mis avisos.
Hay días que una de las dos cosas sucede antes y otras noches más agradecidas en la que los nervios no llegan al río.
Acabamos hablando hasta de la agitación de amamantamiento pero yo creo que más que agitación del amamantamiento es la agitación de nuestros pezones. Pezones rebeldes que se niegan a ser sometidos por manos impertinentes.
Y tú ¿tienes pezones rebeldes?
Hola Lucía. Si al final somos muchas las mamis con los pezones rebeldes. Encantada de que te pases por aquí a saludarnos 😉
Ay qué reflejada me veo…